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¿Alguna vez has sentido que no podías comer más, y has seguido comiendo?
¿Quieres saber por qué?
A continuación, te explico por qué tu cuerpo te ha enviado señales para hacerlo, ¡No te vayas!
Imagínate que estás en un buffet libre, has comido sin parar y solo el hecho de pensar en comerte un solomillo te produce malestar.
Pero... de repente llega tu amigo y te ofrece un trozo de tu tarta favorita, ¿la aceptarías?
Lo cierto es que la mayoría lo aceptaríamos.
Esto es debido a que existen hormonas que controlan la saciedad de las proteínas y las grasas, pero los alimentos muy refinados no desencadenan la liberación de las mismas.
Normalmente escuchamos... ¡Soy adict@ a las patatas fritas! o... ¡Soy adict@ al chocolate! pero no escuchamos a nadie decir... ¡Soy adict@ a la lubina!
Ya Natalia, pero esto no explica por qué cuando me estreso mucho, como mucho.
¡Vamos a ello!
Hablemos de neurociencia:
¿Qué ocurre cuando nos estresamos?
Una hormona denominada CRH es liberada desde el hipotálamo (en el cerebro) hacia otra zona inmediatamente inferior (hipófisis).
La hipófisis como consecuencia de la liberación de CRH, libera ACTH, que viaja hacia las glándulas suprarrenales (en el riñón).
Como consecuencia, se liberan glucocorticoides.
Según las estadísticas, dos tercios (el 67%) de las personas se convierten en hiperfágicas (comen demasiado) bajo condiciones estresantes.
ADEMÁS, se desarrolla una inclinación por los carbohidratos refinados (patatas, postres, snacks, pan, doritos, galletas, etc.).
¿Por qué le ocurre esto a dos tercios de la población?
Como hemos visto, cuando nos estresamos liberamos CRH y como consecuencia GLUCOCORTICOIDES (GCC).
CRH inhibe el apetito, mientras que los GCC lo aumentan, ¿ENTONCES?
Que seamos hiperfágicos (comen mucho) o hipofágicos (comen poco) dependerá del tiempo que estas hormonas permanezccan en nuestro organismo:
-En condiciones de estrés crónico, CRH permanecerá elevada constantemente.
La liberación de cortisol paraliza la digestión y emplea toda su energía en mantener el estado de alerta.
Por eso, problemas que nos mantienen en tensión continua nos quitan el apetito.
Ejemplo: Quemarse por completo un día de playa
Que seamos hiperfágicos (comen mucho) o hipofágicos (comen poco) dependerá del tiempo que estas hormonas permanezccan en nuestro organismo:
-Sin embargo, situaciones estresantes de forma intermitente, nos generan picos de inhibición del hambre seguidos de periodos de "relajación" donde nos entra muchísimo apetito.
CRH se eliminará del organismo rápidamente, pero los GCC tardan horas en irse, lo que hace que nos entre hambre.
Encontronazos con nuestro jefe, problemas laborales puntuales, tráfico, discusiones temporales, etc.
ADEMÁS
La liberación de GCC produce que la Leptina (la hormona que nos indica que ya estamos saciados) no tenga tanto efecto sobre el cerebro.
Otro efecto de los GCC tras haber activado el "sistema de alarma"* de nuestro organismo es aumentar las reservas de energía.
Pero no lo hace de cualquier manera, los GCC estimulan las reservas de grasa abdominal (en la barriga), lo que puede generar problemas de resistencia a la insulina.
Cuando entramos en "sistema de alarma" todas nuestras energías se destinan a "huir" o enfrentarnos al peligro, por lo que después el cuerpo repone esta energía durante el periodo de recuperación.